
A mi parecer, acá comenzó a germinar el cambio, ya que para la sorpresa de todos, ambos concurrieron a nuestra sala, se sentaron, y nos dijeron que antes de dar una opinión querían escuchar la nuestra. Escuchar, que bien suena esa palabra cuando es mucho lo que hay que decir dentro de una escuela de derecho en que, irónicamente, nuestro único derecho suele ser el patalear y meter bulla. Decisión tomada, la prueba no se rinde, a esperar hasta las 15:30. Caras nerviosas, y la clásica incertidumbre de que “apuesto que alguien la da y nos caga” A esperar, todos en el patio, como rebaño y observados por el resto de la escuela, que desde el segundo piso mira que al parecer la cosa va en serio.
Llega el aludido, y todos en silencio. Se dirige a la sala lentamente por el pasillo, nadie se mueve. Abre la puerta solo para constatar que nadie, NADIE, estaba en la sala, y que el único lugar donde su evaluación iría hoy, seria bajo su brazo y después de vuelta a su maletín. Camina a la secretaría y luego se retira, acompañado solo por su derrota, que en ese momento parecía llevarlo en brazos tratando, sin éxito, que nuestros aplausos y risas no hicieran aún más duro el momento.
Estimados, la cosa no termina acá, seguro que tendremos represalias, malos ratos, y la peor disposición del mundo de aquí al examen. Debemos poner el hombro, permanecer unidos. Que sea un incentivo más para estudiar, y demostrar que la mediocridad es algo que se encuentra muy lejos de nuestra actitud.
“Hermanos, nosotros nacimos de la noche, en ella vivimos y en ella moriremos. Pero la luz será mañana para los mártires, para todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día, para todos la luz, para todos todo.”
PD: El que adivina de quien es la frase, gana premio. XD