lunes, 11 de mayo de 2009

Soñé que estabas justo sobre mi


Abrir los ojos, ardor, me duele el estómago, gatear al baño. De pronto me veo con mis dos manos, firmes, aferrado con fuerza al baño, vomitando, mal. Duele, los ojos me lloran con el esfuerzo, y el vómito que brota, como un caudal, liberador, una explosión matutina de sangre y alcohol. Hace un calor de mierda hoy y me quedo tirado en el piso unos diez minutos, me duele hasta pensar. Miro el techo y la luz que entra por la ventana, me miro y me veo flaco, podrido. Apenas me levanto, siento que la cabeza se me a va reventar, como un globo y va a salir volando. Voy hacia mi cama, apenitas casi arrastrándome y veo el bulto. Tirada, una delgada mujer desnuda duerme. Que mierda, ¿quien es? Mal… estuvo desordenada la cosa al parecer, no me acuerdo de nada. Me quedo ahí parado, y no se que hacer ¿la despierto? ¿le hago desayuno? ¿le pago? No puedo estar ahí en calzoncillos todo el día, así que me acerco para hacer algo, cuando se gira un poco y veo su cara… No no no no… esto está mal, muy mal… Ahí en mi cama, sin ropa, está la hermana menor de mi mejor amigo. Y no la hermana menor que tiene dos años menos que yo y es tan simpática, no, no, acá en mi cama sin ropa esta la hermana chica de mi mejor amigo, que este año entró a la Uni, y se vino a vivir a Valpo, solita la niña, y que la tía me decía: “Varo, cuando pueda vaya a ver a la Fran, que va a estar sola este año allá” y la pendeja me miraba y me cerraba un ojo.

Al mirar mi pieza, comienzo a armar un poco el panorama, aunque en honor a la verdad no me acuerdo de nada, tengo un vacío mental desesperante, de cómo llegué a la situación. Condones tirados, botellas vacías, ropa mía, de ella, un cuadro hermoso. Miro la cama, y ahí está. Es linda, carita de niña, pero la figura de una diosa, duerme placidamente, y yo acá, sentado en el suelo, sin saber muy bien que hacer. Si este weón se entera, me corta los cocos, es su hermanita. Pero harto buena que está la niñita y al parecer, no tan niña, ni tan tierna como en su casa creen. El sol y el calor la despiertan, abre los ojos despacio y se ríe. Mira alrededor y me saluda, moviendo la mano.

- Hola varo, ¿dormiste bien? Jajajaja

- Fran, que mierda estai haciendo acá…

- Linda tu pieza, me gustó… y tu cama…

- ¡Fran ya po!

Se para de la cama, y así sin nada empieza a recorrer la pieza, mirando cada cosa, curioseando, y moviendo el cuerpo de manera tan sensual, que simplemente me quedo mirándola, bebiendo un poco de agua mineral que está en una botella tibia botada en el piso. Camina, me mira, se ríe, revuelve mis libros, miras fotos en la pared, mis películas. Saca una, la pone, se amarra el pelo, toma mi cámara y comienza a tomarme fotos. Se toma fotos ella, me pasa la cámara a mí, le tomo una foto y su torso desnudo plasmado en blanco y negro queda en la pantalla. Se sienta al lado mío, toma agua, me da un beso. Me pongo a reír, no entiendo mucho, me duele todo, todo se revuelve. La veo ahí al lado mío mirando mis revistas, y es la misma niña que conocí hace años, la que jugaba a las muñecas, mientras nosotros tomábamos chelas en el patio. La misma que iba con nosotros de vacaciones, cuando nos movíamos a la playa, los veranos, con su familia y yo al medio. La que en ese mismo verano se las ingeniaba para entrar a mi pieza cuando me estaba cambiando ropa, y me miraba, y me levantaba las cejas, y yo ahí me hacía el weon, si era una niñita. La que en la noche se levantaba a comer algo a la cocina en bikini, sabiendo que yo estaba ahí leyendo y tomando café, y se hacia un pan, y se lo comía ahí, mientras me preguntaba cualquier tontera para poder acercarse y saber que estaba leyendo y para que yo me viera forzado a mirar sus pechos. Ya no era tan niña, ya no es tan niña. Y está aquí, al lado mío y quizás que hicimos la noche anterior, solo recuerdos vagos imágenes cruzadas, dolor de cabeza. La Fran es inquieta, apenas un rato sentada y ya está de pie otra vez, ahora va hacia mi ropa, saca una camisa, se la pone. Apaga la tele, y pone música. Revuelve mis discos, no le gustan, los deja tirados. Prende mi compu, y pone a Spinetta. Me tiro a la cama, me relajo, el sol empieza a bajar, y la Fran se acuesta al lado. A medida que el disco avanza, me da una sensación extraña, las canciones, algo tienen… las canciones son las que estábamos escuchando anoche, esa guitarra melancólica sonó antes… Comienzan a llegar imágenes a la cabeza, entre el dolor, la calle, las luces, estoy en Valpo, en un local, y ahí está la Fran que me ve, y corre a saludarme, y deja a sus amigas tiradas, y tomamos, tomamos mil, nos cambiamos de local y seguimos tomando y la hora pasa, y no me puedo mover muy bien, me cuesta caminar, y ella me toma y me da la mano, y salimos al frío de la noche a caminar los dos ebrios por la ciudad, tomados de la mano, paseando por la noche. Me subo a su auto, me da la mano mientras maneja, los postes pasan, los árboles pasan, la gente queda atrás, subimos por el cerro, veo mi casa. Llegamos, me toma y me da un beso, largo y rico, de esos besos que llegan a ser dulces, pero mezclado con Tom Collins y una botella de vodka que estaba en mi cocina. Nos desvestimos mientras avanzamos y llegamos a la cama, sin parar de beber sin parar de besarnos, sin parar. Se cuela en mi cabeza la imagen de tu cuerpo, perfecto, firme, con tus dos pechos de miel mirándome amenazantes y el pelo suelto que hace un esfuerzo vano por tratar de cubrirlos, la botella que cae vacía bajo la cama. Te tomo firme, soñé que estabas justo sobre mí una vez. Me miras, me sacas la lengua, jadeas, te quejas, te mueves, mientras tomo tu cintura y te muerdo, mis manos recorren tu atlético cuerpo, como si se fuera a acabar el mundo, como si la niñez que alguna vez vi, estuviera tratando de huir, para dar paso a la lujuria de dos amantes contenidos. Te estiras y tomas tu pequeño bolso, sacas un papel, y me cierras un ojo. Falopa… pendeja de mierda, y que puedo hacer, ya no hay vuelta atrás, ya estoy dentro tuyo y comienzas a jalar, sin parar de moverte y sin dejar de mirarme tomas un poco y lo pones en mi nariz, que de manera casi inconciente jala con fuerza y cierro los ojos y te veo ahí, tan niña y tan puta sobre mi, y la luz de la noche que pasa por la ventana, y el olor al mar y a bencina, y las bocinas de los barcos que se mezclan con nuestros gritos, en la noche, en esta rara noche en que estas en mi cama y eres solo para mi. Los gritos, mis manos, tu cuerpo, la vida…

Mientras nos duchamos juntos pienso que hacer, o que decir. No creo que haya estado bien, pero mal tampoco. Son cosas que pasan, que a veces suceden ¿o no? O sea, los amigos tiran todo el tiempo, me consuelo mientras veo el agua que se desliza por su espalda, llena de mordiscos. Me visto y me tiro en la cama a mirarla. Ella se termina de secar el pelo y se hace un moño.

- Fran ¿que onda esto? No se que decir o pensar…

- Relájate Varo, aquí no hay amor, cariño, afecto, ternura, o algún tipo de relación o vínculo. Esto es netamente sexo…

Me da un beso, me dice adiós lindo, y se va y me quedo en la cama tirado, solo... Mejor pongo un disco de Spinetta…